viernes, 8 de enero de 2010

#8: New precious moment

Llegué al orfanato contando los segundos para volverle a ver esa misma noche. La noche llegó y con esta los chasquidos en mi ventana, la abrí para que el entrase y nos miramos para después charlar sobre muchas cosas, entre esas él me pidió que le explicara por que había desaparecido.
-Tenía un par de cosas que hacer y me olvide de que venías-le mentí.
-Oh, bien-sentí que se había ofendido pero no estaba lista para decirle la verdad, todavía.
-Lizzie, huh?-dije cambiando de tema-¿Qué tal va todo?
-No sé, parece que no quiere nada conmigo.
-¡Eso es ridículo!-me reí-¿Cómo va a ser eso posible?
-Creo que me estaba evitando-me explico medio triste.
-A ver, si ella estuviera aquí, ¿qué le dirías?-pregunté y me sonrío.
-Primero, le agarraría de la mano-obtuvo la forma de cómo hacerlo, y entrelazó sus dedos con los míos y yo me derretía-Le miraría a los ojos-lo hizo-y le diría cuanto me gusta-sus ojos hablaban y podía jurar que me lo decía a mí-Y tal vez después la besaría-sonrío y yo me quede petrificada.
-Bésame a mi-Él ni siquiera lo pensó, pasó mi delicada mano por su cuello dejándola caer con delicadeza. Después lentamente se acercó a mí mientras mi mano libre rasguñaba el piso con ansias de sentir sus labios finalmente sobre los míos. Fue tan corto e inútil lo que pasó en ese segundo, que llamarlo beso sería demasiado, pero a pesar de todo, ese pequeño rose de labios me dejo en las nubes. Luego mi celular, el que las monjas me habían regalado en mi cumpleaños pasado, empezó a sonar en tono de mensaje seguido por los pequeños pasos de alguien acercándose a mi cuarto. El sostuvo mi mano de nuevo y nos paramos al mismo tiempo. Sin decir ni una palabra, sabíamos que había que hacer, el salió por la ventana al tiempo que yo la cerraba y le veía alejarse. Pocos segundos después la puerta se abrió.
-¿Todo bien?-preguntó una de las monjas.
-Sí, deje sin querer la ventana abierta, y ahora la cerré-le sonreí y me senté sobre la cama, ignorando mi celular por completo.
-Creí haberte escuchado hablar con alguien. Pero probablemente fue en otro cuarto.
-Probablemente-le dije con una sonrisa agarrando mi celular del piso.
-Bueno, buenas noches Annie-cerró la puerta detrás de ella y yo miré el extraño número que me llamó, no fueron más de dos segundos que revisé el número que este volvió a llamar. Contesté dudosa, para llevarme una sorpresa.
-¿Aló?-contesté.
-¿Annie?-pregunto una voz grave pero cristalina.
-Yo. ¿Quién es?-pregunté seria.
-Jah. ¿No me reconoces?-rió la voz misteriosa
-Eeh…-divagué.
-Te doy una pista.
-dale.
-La última vez que nos vimos… mmh…-pensó-…no me soltaste la mano en toda la noche-se rió
-Uff, esa esta difícil-ya sabía quién era-Son tantos los chicos…-me reí ahora yo de mi mentira.
-¿Tantos?
-No sos el único, Joseph-hubo silencio-¿Joseph?-dudé-Sos Joe ¿no?-escuché una risa del otro lado del teléfono.
-Duuh.
-Mierda, me hiciste dudar-le dije con alivio.
-¿Y ese vocabulario?-me dijo-¿Cómo es posible que una niña como vos, que vivió toda su vida alrededor de monjas tenga ese vocabulario?
-¿Cómo yo?-me carcajeé-No tenes idea.-dije yo.
-Mmmh, bueno. Amiga. ¿Qué planes para mañana?
-No mucho, después de la misa no tengo nada que hacer ¿Por qué?-me reí despacio.
-¿Te parece sí salimos…?
-Por mí esta increíble, pero no puedo.
-¿no?-dijo confundido-¿por qué?-no fue necesario que se lo respondiera-¿Las monjas?-suspiró-No me podes ver, ¿no?
-Nope.
-¿Y secretamente?-me dijo en espera de que le dijera que sí.
-Puedo escaparme un rato, pero depende de que vamos a hacer…-reí de nuevo.
-¿Patinar? ¿Te gusta patinar?
-Sobre hielo decís, ¿no?...
-Ajá.
-Me encanta.
-Entonces, ¿nos encontramos mañana en la tarde en el parque?
-Ok.
-Kevin tal vez venga con nosotros, ¿te acordas de mi hermano Kevin?
-Mmmh-divagué
-Estaba con nosotros el día que las monjas te retaron, ¿te acordas?
-Ah… sí, el lindo, ¿No?-le dije acordándome-¿Él de ojos verdes…?
-¿Lindo?-rió-…Sí ese mismo, pero cuidado ¿eh? Que la cita es conmigo-Cita, era una cita.
-Entonces nos vemos.
-A las tres.
-Chao.
-Dormí bien-se despidió y esperé unos segundos antes de cortarle, pensaba en que decirle, si sería correcto decirle lo mismo, o algo parecido. Pero corté.

No hay comentarios:

Publicar un comentario