domingo, 27 de diciembre de 2009

#7: Tomorrow never knows

Al día siguiente tome un poco de fuerzas para salir de la cama, e ir con todas a la iglesia. Sentados mientras todos escuchaban atentos a la misa, yo buscaba entre la gente por que algo me decía que encontraría lo que estaba buscando si buscaba bien. Y lo hice. No puedo imaginar la cara de felicidad que habré puesto el momento que vi sus rulitos hermosos y su cara muy bien concentrada. Cuando el momento de la comunión llegó me acerqué al la fila, donde me lo encontré y sin palabras, después de que comulgué no volví a mi asiento con las del orfanato y el tampoco volvió con su familia. Nos sentamos al medio de la iglesia en una banca donde no podíamos ser vistos. Él me ofreció su mano, pero era mejor rechazarla por que ya sabía la verdad y estaba de más recordármelo. Después de la misa, nos escapamos unos minutos detrás de la iglesia.
-¿Por que no me dijiste que estabas saliendo con alguien?-le dije casi como si tuviera que hacerlo.
-Por que pensé que era obvio…-dijo confundido.
-¿Obvio?-bufé-No, ¿Como se llama? ¿Cuantos años tiene? ¿Cuanto calza?-le pregunté y él rió, pero se tardo en contestar.
-Lizzie. Diecisiete… no se cuanto calza-dijo enarcando las cejas.
-¿Lizzie?-dije su nombre casi como un escupitajo-¿Donde la conociste?
-Unos amigos me la presentaron… pero ¿Y por que tanto interés?-dijo con una sonrisa picara.
-¿interés? ¿Yo?-reí-Solo me preguntaba por que no me habías dicho.
-Bueno-sonrío y hubo silencio.
-Yo también estoy viendo a alguien. Ayer tuvimos nuestra primera cita-dije sin querer hablando sobre Joe-Me pido que le bese-sonreí a la espera de su expresión y caminamos por la acera de ida al orfanato.
-¿Y?-preguntó asustado-¿Le besaste?-ahora sonaba más enojado.
-No-le dije y entró en calma-Yo no hago eso, Nicholas-sonrió con alivio-Pero talvez si volvemos a salir, lo haga-sonreí.
-Tal vez yo también bese a Lizzie…-me dijo con su mirada muy bien plantada en mis ojos.
-Eso sería…-los celos en mí eran un sentimiento completamente nuevo-…Lindo-dije enojadísima.
-Me gustas-lo dijo sin miedo y yo le sonreí enrojecida-¿Te puedo presentar a mi familia?-me dijo, pero si lo hacía se formaría un enorme lío.
-eeeh-le dije sin poder resistirme a sus ojos-¿Sería eso bueno?-le pregunté-¿no?-pensé.
-Mira, pensalo, ¿ok?-me dijo ya estando ambos a una cuadra del orfanato, nuestro punto limite.
-ok.
-¿Nos vemos en la noche?
-¿Hoy?
-Sí, quiero que me expliques por que desapareciste-me sonrío y yo no estaría lista para contarle lo que realmente me pasaba.
-Esta bien, pero… no traigas comida.
-¿Agua?-preguntó.
-Agua-sonreí y me dejó ir.

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