viernes, 18 de diciembre de 2009

#5: Never mind

Tan pronto terminamos de almorzar me volví al orfanato y él me prometió visitarme en la noche, justo cuando todos durmiesen él vendría. Pasé todo el día pensando en ese momento y contando una vez mas los segundos ¿Por qué me gustaba tanto? Era tonto pensar lo rápido que todo se había empezado a formar, y lo mal que me estaba cayendo, porque mi hígado cada vez me abandonaba más y más. Casi, casi me dormía cuando un pequeño golpeteo me despertó. Abrí mi ventana y él ya estaba en medio camino para arriba, llevaba con él una mochilita que me pareció sospechosa.
-Espero que no hayas cenado-me dijo sonriente entrando a mi cuarto en completo silencio.
-No podemos hacer ruido Nick-le dije
-Ok-cerró sus labios imitando un cierre y besó mi mejilla dejándome perpleja.
Después se sentó en el piso abrió su mochilita y sacó un taper con algo que olía muy bien pero era difícil de ver por la poca luz que entraba por mi ventana. Sacó dos tenedores y uno me lo dio a mí. Respire hondo porque sabía que me iba a hacer mal más tarde, pero olía muy rico y si no había cenado. Nos pasamos toda la noche mirándonos, y comiendo, pero principalmente mirándonos, era increíble cómo podíamos pasarla en completo silencio y aún así divertirnos muchísimo. Cuando se dejaron de escuchar sonidos de movimiento en los cuartos de abajo, pudimos alcanzar a conversar en voz baja, nos encontrábamos lo suficientemente cerca, echados uno alado del otro sobre la alfombra.
-Háblame de tus hermanos-le pedí.
-Bueno, Joe es muy divertido y tonto, pero la mayoría de veces divertido, muy divertido-rió-Kevin es más serio, pero… igual de tonto y divertido-rió-y después está Frankie, que tiene doce años, y creo que disfruta más que nosotros todas las cosas que tenemos-rió-listo-hubo silencio.
-Nick…-dije su nombre sin querer y él me miró en espera de algo-…No crees que hay gente que se conoce para ser algo más que amigos, y otra gente que sin importar que, se conocieron para ser solo amigos… ¿Nunca lo pensaste?-le pregunté.
-Puede ser… ¿Por qué?
-Creo que mis padres biológicos, no se supusiesen que fueran de esas personas que se encontraron para enamorarse.
-Probablemente no, y simplemente sea que no te planificaron.
-Soy un error-dije entre risas-¿A eso te referís?
-No específicamente…-me puse a pensar que tal vez era verdad-Pero sos un error demasiado perfecto-me miró y me miró <3.
-¿Cómo es enamorarse, Nick?-le pregunté y desperté de nuevo interés en él. Se paró de modo que nos podíamos ver cara a cara.
-¿Por qué?-preguntó indignado.
-Porque no sé cómo es-le dije medio sonriendo.
-Es como tirarse de un lugar muy, muy alto sin paracaídas, pero sin nunca tocar fondo… aunque a veces llegas a tocar el piso, pero, es muy raro porque sin querer de nuevo te encontrás saltando.
-¿Alguna vez te enamoraste?-le pregunté esta vez prestando más atención a su profunda mirada sobre mí.
-Se podría decir que sí.
-¿Es así como se siente?-le pregunté.
-Tal vez, sí-me dijo muy serio y después quedamos en absoluto silencio, sin mover un átomo de nosotros. En ese momento me encontraba, como él había descrito, saltando del un lugar muy alto sin paracaídas. Compartíamos el mismo aire ya que él se encontraba considerablemente cerca. Tuve que interrumpir el momento para levantar una mano y tocarle el rostro, tenía que estar segura de que esto era real y que él era real. Tan pronto toqué por primera vez su suave mejilla, una sonrisa me ilumino haciendo que todo pareciera aún más irreal.
-¿Es así?-le dije y él puso su mano sobre la mía. Un suspiro basto para cerrar los ojos de golpe y dejar que todo siguiera su curso. Pero unos débiles pasos sobre la madera dirigidos a mi dormitorio bastaron para que todo esto terminara. Le empuje y él comprendió al instante.
-¿Mañana?-fue lo último que dijo antes de bajar por la ventana con su mochila y que yo asintiera.
Me metí en mi cama con esperanzas de que nadie se hubiera dado cuenta de lo que había ocurrido, la puerta se abrió de un golpe.
-¿Annie? ¿Todo bien?-preguntó mientras yo me hacía la dormida y esperaba que si no respondía se iría, por suerte lo hizo.
A falta de que esa noche no me dio el tiempo para pensar si quiera en devolver toda la comida que mi hígado sería incapaz de procesar, la mañana siguiente me puse fatal. No podía respirar el dolor en mi interior superaba por primera vez a la felicidad, y no podía ignorarlo. Me llevaron a la sala de emergencias, y todo esto sin que Nicholas se enterara de una palabra. Lo que en parte me hizo sentir bastante mal, porque me esperaría y yo nunca llegaría. El doctor me dijo que no podía salir en un tiempo más, Diciembre estaba por comenzar, y Noviembre le faltaban unas semanas para terminar. Y yo no podía salir de mí pequeña prisión para ver a lo que probablemente me mantenía aún en pie. Realmente no esperé que se enojara, tampoco esperé que comprendiera. Era de esperarse que al día siguiente, no volviera. ¿Era esto lo a lo que se refería con caer?

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