lunes, 1 de febrero de 2010

#17: Nothing less than a perfect smile

Le dije todo lo que sabía acerca de mi enfermedad tal y como él lo había hecho de la suya. Pero él seguía confundido.
-pregúntame lo que quieras-le dije viendo en su mirada que seguía confundida.
-¿Por qué estás conmigo?-me preguntó, pero yo nunca me había hecho esa pregunta, porque realmente pensaba que lo nuestro era lo más natural que nunca me había pasado, era totalmente natural para mí y me encantaba cada cosa de él. Así que no supe que responderle, solo me encogí de hombros y le mire confusa.
-¿Por qué la pregunta?-No dijo nada, solo se quedó mirándome y entonces comprendí. Le sostuve la mano aún más fuerte y sonreí-Nunca me importó cuantos años tuvieses, nunca te importó a vos tampoco-le dije porque me parecía raro que justo ahora lo sacara a flote-Sabías que era menor-le dije sonriendo un poco picara-Yo soy la que al final del día aprende de ti-suspire pesado y se acercó a mi-y te amo tanto que ni siquiera lo puedo describir-ese hubiera sido un gran momento para escucharlo decir lo mismo. Pero solo sonrió y se quedó en silencio mientras seguimos caminando. El silencio pronto se volvió algo que no quise romper, estaba colérica por qué no decía nada, empecé a pensar que yo iba muy rápido, pero al final del día, ¿qué sabía yo sobre todo esto? Era una pequeña inculta sobre todo lo que me rodeaba. Pero aunque no le escuche decir, nada sostuvo mi mano sin dudarlo. Su mirada sobre mí aún me hacía sentir mariposas revolotear en mi estomago, pero no sabía si ese era el sentimiento correcto. Cuando llegamos a la esquina límite, nos miramos y una sonrisa se me escapó frente a sus ojos chocolate.
-Feliz navidad, Nick-susurré tan bajo que casi no salió mi voz.
-Feliz navidad-repitió acercándose muy despacio. Tomó mi rostro con ambas manos y beso mis labios con la misma delicadeza.
-Buenas noches-le dije aún estando sobre ellos, nuevamente él solo sonrió y me vio alejarme de ahí. Cuando llegué a la casa, no me importó entrar por la puerta principal, llevaba un tiempo sin hacerlo. Entré, sacudí la nieve de mi cabello y colgué mi casaca en el perchero. Todo estaba tan oscuro y silencioso que supuse que decidieron dormirse temprano. Subí cautelosamente las gradas, una a una tratando de no hacer mucho ruido, pero era casi imposible ya que las tablas eran muy viejas y rechinaban haciendo eco por toda la casa.
-¿Annie?-murmuró una voz desde arriba de las escaleras, yo me detuve y empalidecí al pensar que sería la Madre Superiora-¿Annie? ¿Annie? Tranquila, soy yo-se asomó un rostro por el barandal. El pequeño y un poco angelical rostro de la castaña.
-¿Angie?-pregunté para estar segura y ella bajó las gradas de un salto.
-¿¡Donde estuviste!?-me gritaba en susurros.
-Perdón, se me hizo tarde, vine caminando con Nick…
-¡¿Desde el Central Park?!
-Ajá…-No era tan lejos, considerando que nos quedamos parados un buen rato.
-Estás loca…-me acusó volviendo a lo más alto de las gradas.
-Joe me ama-dije antes de que terminara de subir.
-¿Y eso importa?-me preguntó confundida-¿Eso importa si vos amas a Nick?-volvió a formular su pregunta haciéndome pensar si realmente valía la pena enamorarse de alguien sin ser correspondido.
-No sé-le dije con toda la sinceridad del mundo-¿Debería?-ella me miró con la misma confusión que supongo yo tenía en los ojos y se encogió de hombros un poco triste.
-Feliz navidad-sus labios pronunciaron por última vez antes de que terminara de subir, y una vez ahí arriba me di cuenta que llevaba su camisón para dormir. Era más tarde de lo que pensaba.
-Feliz navidad-repetí pero no lo suficientemente alto para que ella me escuchase. Con un suspiro tome la suficiente fuerza para subir las gradas a paso lento. No estaba confundida como pensé que lo estaría. Estaba segura de que Nick me quería, tal vez no tanto como yo a él, pero lo hacía. Sin embargo, Joseph, era solo… Joseph. Un pequeño debate de lo que sería mejor, me tuvo despierta toda la noche y con los primeros rayitos de sol golpeando mi ventana, decidí vestirme para salir de nuevo. Solo que esta vez, no me hacía frío, no me hacía calor. Tome la ropa que me iba a poner la noche anterior, esa manga larga Azul Caribe, unos pantalones casi negros y mis infaltables botas para poder caminar sobre el hielo. Estaba casi cien por ciento segura de que no me caería si las llevaba puestas. Salí por la ventana casi desesperada por encontrarme con Joseph en la acera de siempre, y reflexionando, eso sería casi imposible debido a que era la mañana de navidad y probablemente él estaría durmiendo. La sorpresa fue que cuando llegué una cuadra antes, lo vi sentado ahí, sin preocupaciones, y con una pequeña sonrisa en el rostro. Esa pequeña sonrisa que de algún modo amaba. Corrí con todo lo que tenía, y cuando casi llegaba, mis botas me fallaron con nunca lo habían hecho, resbalé casi tres metros sobre la acera hasta llegar donde Joseph estaba.
-Hey…-le sonreí ignorando lo que acababa de pasarme.
-Hey…-me dijo enarcando una ceja pero al mismo tiempo ofreciéndome una mano para sentarme. Estaba empapada y sentía como mis rodillas sangraban debajo del pantalón, pero no me importaba.
-Me gusta tu pelo… esta… diferente-comentó sacando unas cuantas hojas de este.
-Gracias…-le dije sacándolas yo misma.
-¿Qué haces aquí?-me preguntó yendo al grano-Es navidad-me recordó.
-Si… ya sé, pero, necesitaba estar aquí… con vos-me encogí de hombros.
-¿No te hace frío?-me preguntó preocupado al verme toda mojada y con una manga larga tan delicada.
-No.-dije confundida-No siento nada.-admití-solo los latidos de mi corazón-reí colorada-y eso es porque está yendo muy, muy rápido-reí despacito.
-Me gusta cuando te pones toda roja-me dijo con esa sonrisa… esa sonrisa y le miré molesta-…Perdón-se disculpo pero no sacaba la sonrisa de su rostro-… ¡Bah!-dijo-no importa, si de todos modos estas enojada conmigo… o lo estabas-se quejó.
-Sí, con respecto a eso, perdón y gracias por lo de anoche-admití.
-¿Sabes qué?-me dijo mirándome a los ojos casi cortando lo que decía-Anoche le dijiste algo a mi padre que puso en duda lo que sentías por Nick-enarqué las cejas y me puse a pensar.
-¿Y… qué sería eso?-le pregunté sin saber a qué se refería.
-No sé, pero estuvo molesto de que te hubieses ido con Nick, y no con…-rió despacito mirando a otro lado.
-¿Qué?-pregunté divertida por su risita-¿Con quién?-le volví a preguntar dándole un pequeño golpe en su rodilla.
-Conmigo-me dijo de vuelta en mis ojos-Él pensaba que estabas ahí por mí-sus ojos soltaban un poco de tristeza a pesar de que esto no tenía sentido.
-Pero él sabía que yo amo a Nick, yo se lo dije.
-No… lo que hiciste fue confundirlo…-entonces reí.
-Me gusta tu papá-le dije mirando el cielo que formaba unas extrañas nubes espesas.
-Me gustas vos-cambio de tema y le mire enojada.
-Feliz navidad, Joe-le dije y me preparé para pararme, pero él me detuvo sosteniendo mi mano helada, según yo.
-No-me miraba con ojos tristes que después se desconcentraron para mirar nuestras manos-¿Cómo podes estar tan caliente?-preguntó de nuevo y me reí mucho.
-No sé-solté nuestras manos y me acerqué a él. Joe tenía tan esperado este momento que me daba pena arruinarlo, solo intentaba besarle la mejilla con mucha inocencia e incredulidad. Pero sus labios encontraron la forma de encontrarse con los míos a medio camino, lo hubiera adivinado si no fuera tan tonta. A pesar de que fue un beso involuntario en aquella fría y extraña mañana de navidad. No hice absolutamente nada para evitarlo, era como una especie de impulso, reflejo, deseo…magia… Que me hizo alentar aún más el beso, me acerqué a él más de lo que estaba lo que hizo que sus brazos me rodearan, y fue fantástico. Hasta me atrevo a decir que un poco más que lo que Nick tenía para mí. Los labios de Joseph jugueteaban dulcemente con los míos, de una forma que no me hacían sentir inferior en todo esto, de una forma que me hacía sentir… viva. Había comprendido que así era como se sentía estar viva. Así era como se siente al nacer. Renací por un momento, y fue fantástico. Cuando todo esto termino, ambos nos alejamos despacio con los ojos cerrados, aún saboreando aquel beso en el que nada alrededor era importante.
-Lo encontré-susurré con los ojos cerrados-Vos sos mi milagro de navidad-sonreí y abrí los ojos en busca de una reacción aprobatoria, y fue aún mejor. Su sonrisa era más linda, más brillante y ahora le encontraba sentido a todo lo que no había entendido antes.
Después de eso, no me quedó otra que volver corriendo a mi casa, ahora, sin resbalarme, por supuesto. Era demasiado temprano, y no me podían encontrar afuera de la casa. No nos despedimos, solo sonreímos y caminamos en diferentes sentidos. No había nada más de que decir, nada más que hacer. La navidad para mí en ese momento era algo más que una cena y mi familia en el orfanato. En ese momento, fue sobre el pequeño muérdago que colgaba arriba de nosotros cuando le deje que tocara mis labios. La navidad, era sobre los pequeños detalles que siempre dejaba a un lado y nunca antes me habían importado. Trepe a mi cuarto, y me recosté en mi cama con mi manga larga mojada, mis pantalones rasgados y las rodillas ensangrentadas debajo de ellos. Pero mi sonrisa era grande, y se llevaba todo dolor que debía sentir en ese momento, se llevó todo sentimiento y pronto solo escuchaba mi respiración entre cortada y mis rápidos latidos de corazón. Empecé a hacer un listado de las probables cosas que superarían ese momento, recorrí cada detalle de mi vida y nada parecía ser lo suficientemente bueno, cuando menos me di cuenta, ya no escuchaba mi respiración no entré en pánico por que había demasiada felicidad en mí como para albergar un poco de pánico. Solo los latidos de mi corazón, lentos, pesados y cansados, golpeaban mi pecho haciendo retumbar todo dentro de mí. No estaba segura de lo que estaba pasando hasta que deje salir una última risita de mis labios y mis recuerdos dejaron de ser solo empolvadas memorias en mi cabeza, a hacerse realidad, empecé a vivir cada uno de mis ellos, y sin importar que tan tristes eran… Yo volvía una y otra vez a mi recuerdo más reciente, de todos los ángulos, el beso perfecto. Fue entonces cuando comprendí que tal vez todo esto pasó por que nunca antes había sido tan feliz, y estaba escrito que en algún momento lo sería, por que todos merecen ser felices incluso yo. El destino tal vez lo quería así. Pero luego comprendí que no existe tal, el destino se había convertido en una débil esperanza de explicar lo que había pasado. Nada estaba escrito, solo pasó y ya.

FIN

-

EL PRÓXIMO MES:

Para el próximo mes tengo un par de proyectos preparados, para emezar... ¿A quién no le gustan las historias de vampiros? A mi me tienen loca. (JaJAJA) pero, que tal si esta vez, el vampiro... no se enamorara de una humana, o por lo menos, no una humana que lo sea completamente... no se si me entienden... [: si no, esperen al próximo adelanto de lo que sería: White demon love song.

Y el probable canselamiento de "love me NOT" (la segunda parte de Shoes and Honey) canselamiento a causa de falta de tiempo y muchas otras cosas que ya no voy a tener este mes. Y los siguientes. Por eso solo les digo, gracias y lean el final de when two words collide, y disfruten más adelante white deamon love story [:

#16: The time when everything was change

Pero cuando llegó nos limitamos a mirarnos, sus ojos eran mucho más dulces que de lo normal, no me hacían dudar ni un momento lo que sentíamos uno por el otro, a pesar de que aún no lo había escuchado decirlo todavía. Recordé que me estaban esperando en casa así que hice una mueca la que hizo reír a Nicholas entre dientes.
-Me tengo que ir-dije y él hizo la misma mueca que yo haciéndome reír.
-¿Te puedo acompañar?-me preguntó ingenuo.
-Eso sería estupendo-le sonreí y cómo no le había comentado que ya podía subirme a un auto sin enloquecer por completo, caminamos hasta mi casa, no era muy lejos… si sabías por dónde ir. Caminábamos muy juntos hasta que hizo una maniobra muy poco predecible que atrapo mis dedos muy naturalmente. Mi sonrisa era grande e imposible de quitar.
-Sabes…-dije-Kevin me enseñó a conducir-le dije y me miró con los ojos como platos-…Ahora no me tengo que preocupar de no poder subirme a un auto otra vez. Ahora puedo manejar uno-le dije sonriendo y él me miraba sorprendido.
-¿Qué más? ¿Sabes pilotear un avión?-me dijo sonando gracioso, yo solo me reí y le bese al vuelo la mejilla, lo que fue un poco difícil porque él era unos centímetros más alto que yo-¡Mirá!-me detuvo en una pared que si no mirabas detenidamente no te dabas cuenta de que era lo que quería que mirase-Esta es probablemente mi pared favorita en todo Nueva York-me dijo contemplándola-Aquí se esconden los más grandes poetas…-dijo mientras yo leía unas cuantas frases bastante buenas.
-“La caca de las niñas es rosada”-leí y le miré susceptiva-Bueno, tengo que decir que eso no es la mayoría de veces verdad-bromeé-pero es bastante profundo-le dije y rió.
-No todo es tan bueno, este por ejemplo-apuntó una escritura delicada al lado derecho de la pared-“En orden de ser Irremplazable, uno siempre debe ser diferente”…Coco Chanel-sonrió-Siempre me gustó esa mujer.
-Es muy lindo-le sonreí.
-Tenemos que escribir el tuyo-me dijo sacando un marcador grueso de su bolsillo trasero y yo le miré sorprendida-tranquila, se puede escribir en esta pared-Destapó el marcador y empezó a escribir mi canción “They say that things just cannot grow beneath the winter snow, or so I have been told. They say were buried far, just like a distant star I simply cannot hold.” Después tapo de vuelta el marcador, y me miró con ojos dulces de Nuevo, solo que ahora era más difícil verle por aquella oscuridad que se había formado por la noche arriba de nosotros. Se acercó lentamente hacia mí y me sostuvo de la cintura con muchísima delicadeza y se acerco lo suficiente para besar mis labios, amaba demasiado esa sensación de sus labios sobre los míos moldeándose en un perfecto beso. Le rodee con mis brazos su cuello y después baje los brazos para poner mis manos sobre su pecho, después de besarle los labios, decidí besarle la mejilla, su mandíbula y termine en el cuello. Él solo me abrazaba con la fuerza suficiente para que no me cayera tratando de ponerme de puntillas. Después de haberle besado, me detuve para pensar si ese sería el momento perfecto para decirle lo que tenía guardado. No había notado que mis cejas estaban enarcadas.
-¿Pasa algo?-me preguntó sosteniendo mi rostro con ambas manos.
-Estoy enferma-le dije dejando salir todo lo que no podía decirle antes.
-¿Enferma? ¿Querés que vayamos a tu casa? ¿Tomamos un taxi y…?-obviamente había ignorado que no había ni un taxi en la ciudad.
-No, escúchame…-le dije calmándolo de su desesperación-Tengo Cirrosis-sus ojos se abrieron pero ni una palabra salió de sus labios, quedamos en un pequeño silencio en el que me di el tiempo para explicarle mientras le jalé un poco para empezar a caminar de nuevo-Mirá, me lo descubrieron unos pocos días después de salir del hospital, después del accidente que te conté. Tenía seis años, pero…-suspiré y él se detuvo.
-No, no es posible, eres joven, no-me acusó y yo le negué con la cabeza.
-¿Joven?-reí-Estoy muriendo-le dije cortante y él no se movió de lugar, se quedó mirándome con las cejas casi chocando de lo fruncidas a causa de la confusión-Oh, Nick, por favor decía algo…-le suplique a causa de su silencio.
-¿Por qué no dijiste nada antes?-me dijo en un hilo de voz.
-Porque tengo dieciséis, y soy estúpida-dije degradándome totalmente.
-No sos estúpida-me dijo acercándose y le noté muy nervioso. En ese momento, me puse a pensar en que cosas se le pudieron pasar por la cabeza.
-No es contagioso-le dije pensando que eso era lo que le preocupaba mientras miraba al asfaltado congelado.
-¿Kevin sabe?-me preguntó.
-No, él solo piensa que estoy loca-dije burlona dadas las tantas veces que Kevin me lo repetía.
-¿Y Joe?-preguntó mirando al mismo lugar que yo ya había dejado de mirar.
-Ajá-le dije en un hilo de voz, tratando de descifrar si eso sería bastante malo como para enfadarle.
-¿Por qué nunca dijiste nada?-me preguntó.
-Porque…-cerré los ojos tratando de contener las lagrimas-Es muy difícil-me limpie una lagrima que se cayó por mi mejilla.
-Yo te conté de lo mío. Y tengo diecisiete. Y soy estúpido-me dijo repitiendo mis palabras.
-Eso no ayuda, Nick-le dije tratando de no sonreír-Y no sos estúpido-me reí despacito limpiando unas lágrimas que me quedaban en el rostro.
-No llores-me consoló acercándose y agarrando mis manos.
-I’m sorry-le dije aún con lágrimas en los ojos y él beso mi cabeza con delicadeza.
-No hay razón para disculparse-me dijo empezando a caminar de nuevo.

miércoles, 27 de enero de 2010

#15: Winter song

Estaba lista arriba del autobús, mis ojos esperaban con ansias volverle a ver, fui afinando la guitarra y el chico que estaba sentado junto a mi me sonrió, pero yo le ignoraba, está plenamente concentrada en Nick.

-Soy Josh-se presento y yo asentí con la cabeza sin mucha importancia, paso un momento en silencio y volvió a hablar-¿Para qué es la guitarra?-preguntó un poco coqueto.

-Voy a tocar esta noche en el Central Park-me miró como si fuera alguna clase de loca o estúpida. Y rió por lo bajo.

-Oh, que… bien, suerte-me dijo sin creerme y baje en mi parada. Estaba parada en la acera de enfrente al gran parque repleto de gente que se reunía toda en el centro. Tomé mucho aire y camine entre la gente, había un niño rubio arriba del escenario tocando el piano, aunque no parecía mucho menor que yo, su voz lo revelaba. Tenía esta voz tan pequeña y angelical que simplemente me hizo sonreír, entre todas las locas chicas abajo del escenario.

-¿Quién es él?-le pregunté a una de las chicas que coreaba su dulce canción.

-¿Qué quien es él?-rió-¡Es Justin Bieber!-gritó emocionada y yo me reí ante su emoción y mi falta de conocimiento.

-Where are you now? When nothing's going right, where are you now I can't see the light… So take my hand and walk with me-cantaba tan armoniosamente que sus palabras me llenaban toda, sonreí en busca de Nicholas, quien vi muy concentrado detrás del escenario.

-Hola-me dijo una voz de atrás mío, era Joe.

-Hey-le dije cortante sin quitar mi mirada de enfrente, ninguna de las chicas parecía haberse dado cuenta de que él estaba ahí.

-Take my hand and walk with me-me dijo citando las palabras de Justin yo negué con la cabeza y solo me di la vuelta, él comprendió mi enojo y camino delante de mí hasta atrás del escenario.

Los ojos de Nick brillaron y me siguieron con la mirada, no me podía acercar porque estaba su papá junto a él. No entendía nada, Nick le dijo algo y se fue para donde yo estaba. Kevin mantuvo ocupado a su padre mientras Nick se acercaba caminando con una simplicidad que me enloquecía. Yo solo le abrace, sin importar nada, le abrace con todas mis fuerzas y él también, beso mi cabeza y no me soltó, la dulce voz del niño en escenario pronto terminó y se acercó el momento en él qué sorpresivamente me tocaba a mí tocar. Fue Joseph el que me presento, pero yo no me quería soltar de sus brazos, estaba tan feliz ahí que odiaba pensar soltarle por unos segundos o cuanto fuese a durar mi canción. Empecé.

“Bum bum bum bum bum bum bum bum

Bum bum bum bum bum bum

Bum bum bum bum bum bum

This is my winter song to you.

The storm is coming soon,

It rolls in from the sea

My voice; a beacon in the night.

My words will be your light,

To carry you to me.

Is love alive?

Is love alive?

Is love

They say that things just cannot grow

Beneath the winter snow,

Or so I have been told.

They say were buried far,

Just like a distant star

I simply cannot hold.

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

This is my winter song.

December never felt so wrong,

Cause you’re not where you belong;

Inside my arms.

Bum bum bum bum bum bum bum bum

Bum bum bum bum bum bum

Bum bum bum bum bum bum

I still believe in summer days.

The seasons always change

And life will find a way.

I’ll be your harvester of light

And send it out tonight

So we can start again.

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

This is my winter song.

December never felt so wrong,

Cause you’re not where you belong;

Inside my arms.

This is my winter song to you.

The storm is coming soon

It rolls in from the sea.

My love a beacon in the night.

My words will be your light

To carry you to me.

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?

Is love alive?”

No sé cómo pero de repente había todo un susurro de voces cantando mi canción, todos me miraban conmovidos y una mujer detrás de mí en el escenario empezó a acompañarme con el estribillo que pronto todos sabían. Mire con el rabillo del ojo ya por la segunda estrofa hacia donde Nick, sus hermanos y sus padres me miraban. Pero nada se comparaba con la mirada divertida de Nick, que posiblemente no llegaría a entender toda la canción por el pequeño secreto que le había ocultado sobre mí. En cambio Joe tenía el ceño fruncido y cada una de mis palabras las entendió a pesar que la canción era para Nicholas, él que podía entenderá no era él. Me sentía tan bien arriba del escenario que era imposible quitar la enorme sonrisa de mi rostro. Después de que mis últimas palabras fueran susurradas en el micrófono acompañadas con un suspiro, una oleada de frenéticos aplausos me abrazaron. Sonreí con las mejillas coloradas y salí de ahí lo más rápido que pude, olvidando que del otro lado del escenario se encontraba el señor Jonas. Seguidos de mi canción ellos tenían que empezar con la suya, así que yo solo fui y me pare agarrando muy fuerte mi guitarra junto al señor Jonas que no había notado estaba con los ojos rojos y, creo yo, húmedos.

-Cantaste muy bien, Anna.

-En realidad es Annie, señor-le dije con miedo y rió despacito.

-Me gusto mucho tu canción, ¿Es original?-no capte muy bien su pregunta y tal vez mi expresión se lo dio a entender por lo que rehízo la pregunta-¿La escribiste vos?

-Yes sir-le dije aún siendo tímida y sin quitar los ojos de Nicholas cantando con la voz más musical que en mucho tiempo escuchaba, me tenía con la piel de gallina durante toda la canción.

-Es muy linda, y muy raro que una niña con tu edad piense todo lo que dijiste…

-Bueno, señor, toda la canción es sobre todos mis días en este pequeño y a veces aburrido mundo-hablaba como si hubiera estado conmigo misma en una de mis conversaciones antes de quedar completamente dormida, solo que esta vez no lo haría, por supuesto.

-Eso es muy lindo-me dijo y hubo silencio entre nosotros mientras ellos cantaban una muy pegajosa canción con una letra muy divertida que me hizo reír unos segundos antes de que él volviera a hablar-…Mira, Annie. Te debo una disculpa-me dijo y por fin le mire-La razón por la que no quería que los chicos se acercasen a vos era porque yo sé…-no termino.

-¿Qué sabe?-le pregunte un poco asustada.

-Cuando llegamos la noche de Acción de gracias a tu casa, con las monjas, te escuchamos cantando, y Kevin preguntó, pero ella no quiso decir mucho, hasta después, cuando ya nos estábamos yendo, me agarro y me dijo que lo mejor sería que…-hizo una pausa para ver a sus hijos cantando y tocando las guitarras con gran emoción en el escenario-…se alejaran de vos, o el resultado no sería bueno-no comprendí sus palabras, tal vez quería esconder lo que sabía de mí.

-I love your son-le confesé en un susurro alejando la mirada de sus palabras.

-Yo sé que si-me dijo y suspiró pesadamente, camine despacio para atrás aún agarrando mi guitarra al tiempo que ellos salían del escenario, estaba a una distancia razonable en la cual no me daría vergüenza besar a Nick cuando llegase el momento.


La cancion:

#14: Wrong side

A la mañana siguiente me abrigué y salí a la hora que siempre nos encontrábamos en la esquina con Joseph. Pero la verdad era que no esperaba encontrarme con él, sin embargo ahí sentado en la nieve con las llaves del auto en la mano mirando la nieve con detenimiento. Me dio tanta rabia verle tan despreocupado a mis ojos, que empecé a recolectar un montón de nieve y a moldearla con mis manos sin guantes, una vez bien moldeados aproximadamente cinco bolas de nieve, se las arrojé con toda mi rabia, no acerté todas, pero la primera le cayó en la cabeza, lo que hizo que reaccionara a ver quien le atacaba, yo no pare un segundo, caían unas a sus pies, otras en su brazo derecho, no me importaba. Le tire todas las bolas de nieve que tenía al tiempo que me acercaba. Su reacción parecía de arrepentimiento, pero yo estaba demasiado enojada con él para reconocer eso.
-¡Para!-me dijo pero mis bolas de nieve se habían acabado, así que me acerque a él y empecé a golpearle con una fuerza que tal vez no le causaba daño pero, no podía hacer nada más-Perdón, perdón-se disculpó agarrando mis muñecas para que me detuviese.
-¡NO!-chillé-¡YO CONFIÉ CIEGAMENTE EN VOS, JOSEPH! ¡NUNCA DEBI HACER ESO!-chillé una vez más.
-Fue un impulso, perdón.
-¡No, lo que hiciste fue más que un estúpido impulso, vos no tenés idea por todo lo que pase anoche!-le grité un poco menos fuerte-¡Pensaron que estaba embarazada, la puta madre!-grité y se puso blanco, no sé si por mis malas palabras o por lo que las monjas pensaron.
-Como…-preguntó confundido.
-¡Ese no es el punto, el punto es que lo que nos hiciste anoche fue lo más imbécil que pudiste hacer Joe!
-Sí, ya sé pero fue una equivocación… en realidad fue todo culpa de Kevin, si él no me hubiera dicho….-no terminó porque yo ya le estaba gritando.
-¡No culpes a Kevin de tus estupideces! Y yo que quería ser tu amiga, ahora ni eso vas a poder ser, y ahora, voy a morir triste, muchísimas gracias-me solté de sus manos que se quedaron rodeando mis muñecas y me di vuelta.
-No, espera-me detuvo de nuevo, pero yo lloraba mucho y caí sentada en medio de la calle nevada-No vas a morir-me dijo incrédulo.
-Deja la mierda a un lado, que vos sabes que eso no es cierto-me sequé las lagrimas con mis heladas manos.
-Hay tiempo-me desmintió-Queda un poco, podemos hacer que…-iba a decir su idea fantástica.
-No, eso no va a pasar.
-Pero es posible-me dijo buscando mi mano con la suya, pero yo la retire.
-¡Eso no va a ser que yo y Nick nos volvamos a ver!
-Tenés razón… pero puedo encontrar una forma….-pensaba.
-No hay forma alguna, Joseph….-suspire dejando de gritarle, me paré y empecé a caminar-Merry Christmas-le recordé ya que esa misma noche era noche buena, la noche más clara de todo el invierno, que ahora, sería la más obscura para mí. En la tarde ya estaba completamente frustrada y no quería levantarme del alfombrado de mi cuarto, pero tenía que ver que me iba a poner para la cena de esa noche, estaba entre una manga larga azul Caribe, y una rosada, pero era demasiado delgada y además la anterior navidad la había usado. Suspiré antes de tomar una decisión y mi puerta se abrió, era esa tonta niña que había decidido ignorar.
-¿No vas a ir?-me pregunto inusualmente tímida y le ignore echándome en mi cama-¿No vas a ir al Central Park?-Me senté sobre mi cama aún dándole la espalda.
-Haber, déjame entender. Primero arruinas mi vida y ahora ¿me lo refregás en la cara?-deje salir mucho aire-Y pensabas que yo era ridícula.
-No, no, no…-negó acercándose a mí-Pensé que Joe te había contado el plan.
-Joe es otra persona a la que no pienso ver ni en fotos.
-Pero…-tartamudeó un poco-…estaba tan seguro de todo…-hablaba confundida.
-¿Eh?-le dije con el interés un poco despierto.
-Él dijo que te iba a ayudar a escaparte para ir al Central Park, y que yo le ayudara a cubrirte. Dijo que llevaras tu guitarra, que querían escuchar tu canción. Nadie se va a enterar de nada, porque yo diré que estabas muy angustiada, y tu cuarto lo cerraremos con llave…
-Ellas tiene copias de todas las llaves-negué con la cabeza.
-Yo… las tengo aquí-saco de su uno de los bolsillos delanteros de su mandil blanco.
-¿Las robaste?-le dije asustada.
-Las tome prestadas, cuando vuelvas las pondré en su lugar… mira, todo esto no es para que nos perdones, pero, es para que termines…-mis oídos se taparon cuando sabía que venía después de eso, sabía que tenía que hacer todo lo que me estaba diciendo era la única forma de por lo menos ver a Nick por una última vez, y decirle toda la verdad sobre lo que tenía. Tomé mi guitarra y asentí con la cabeza.
-¿Por dónde salgo?-le dije desesperada por salir de ahí de una vez por todas, pero ella solo me miró con ojos de estar mirando a una tonta, me di vuelta y me di cuenta a que se refería. La ventana-Cierto-me encaminé pero ella me detuvo antes de que pudiera poner un pie afuera.
-Primero que nada, está haciendo demasiado frio afuera. Es la noche más fría registrada, deberías ponerte algo más que solo eso-me recomendó, y yo no me había dado ni cuenta del frío aún con la ventana abierta.
-Cierto-dije de nuevo, me puse mis botas de lluvia azules, me resultaba muy cómodo caminar en la nieve con estas, después me puse mi campera que él color podría ser un poco muy alegre para el invierno, pero eso era lo que me gustaba-¿Mejor?-le dije y ella sonrió.
-Ahora, se supone que el show terminará justo cuando nosotras terminemos de comer, cuando ellos hayan tocado… y vos también, me llamas, ¿ok?-entré en estado de shock.
-Me perdí en… ellos hayan tocado-le dije shockeada.
-¿Para qué crees que llevas la guitarra?-me dijo sonriendo, y me apuró con las manos, yo sonreí bajando por la rejilla de mi pared, estaba tan emocionada de tener a Nick conmigo que no pensé en desconfiar en Angie. Caminé con mi guitarra hasta la primera parada de buses y me subí al que me llevaría directamente hasta el Central Park.

viernes, 22 de enero de 2010

#13: When friendship goes far from there

En la tarde estuve en el patio recostada sobre la nieve mirando las espesas nubes pasar, Nick se recostó junto a mí. Era la mitad del día y a él parecía no importarle.

-¿Qué haces?-le susurre con un tono que parecía que estaba enojada, pero aún así con una enorme sonrisa.

-Te acompaño-sonrió muy cerca de mí, alcanzando mi mano con un par de dedos.

-Si alguien nos ve…-le dije preocupada y me paré rápido.

-No va a pasar nada-se paro conmigo y me agarró de la mano, llevándome detrás de una pared muy, muy alta de fría y un poco húmeda roca liza-Ahora sí-me susurro al tiempo que me acorralaba contra la fría pared para besarme en una explosión de sentimientos que no llegaba a comprender, solo sabía que me gustaba muchísimo sentirme así y no quería que eso se esfumara, tanta perfección en un beso era ridículo, pero ahí lo tenía a Nicholas parado enfrente mío sin temores ni preocupaciones. Le rodeaba el cuello con mis brazos, y tenía ganas de que nunca se detuviera. Él tenía los suyos sobre mi cintura haciendo que mi cuerpo no se despegara de la pared. Tuvimos que parar para no morir ahogados, él me miraba tan intensamente que era imposible retirar mi mirada de la suya, solo quería quedarme ahí por siempre. Sus manos seguían rodeando mi cintura pero mis brazos bajaron de su cuello, dejando mis manos sobre su pecho.

Estaba tan segura de que nadie nos había visto hasta que escuche chismeando a una de las niñas del orfanato, Angie. La misma que había intentado dejarme en ridículo cuando íbamos a la iglesia el día anterior. Tenía trazado todo un plan para que me descubriesen con Nicholas en mi habitación. Así que cada noche, ella intentó algo nuevo, pero había ignorado el hecho de que de mi cuarto se podían escuchar los pasos desde cuando alguien subía las escaleras las cuales estaban lo suficientemente lejos como para que Nick saliera por la ventana, yo la cerrara, me echara y pretendiera estar dormida. Me encantaba escuchar la frustración en su voz cada que no nos encontraban. Las siguientes mañanas, fue Kevin quien me enseño a conducir. Tenía razón sobre que Joe no se iba a levantar, pero fue divertido pasar el rato con Kevin, era como tener un mejor amigo, algo que nunca tuve, y ahora me sonreía cada que lograba encender el motor. Sabía que él nunca vería lo que Nick o Joe veían en mí, algo que ni yo lo entendía. Cuando ya casi dominaba esto de manejar y con eso el hecho de borrar mi mayor miedo, Joe fue a visitarme para disculparse de que no me había ayudado en nada, lo que en realidad era mentira, porque sin él no hubiera podido entrar al auto siquiera. Para compensarme me ofreció salir a caminar un poco, el sol se estaba empezando a esconderse y tenía todavía un poco de tiempo luz para salir antes de la cena. Acepte con una enorme sonrisa, porque según yo, lo nuestro estaba suficientemente claro como para dudar de las intenciones de Joseph. Estaba equivocada, por supuesto.

-Annie-decía una y otra vez, pero no para que yo respondiese, lo decía más como si lo estuviese cantando o algo parecido yo solo sonreía mientras mantenía mis manos en mis bolsillos-Annie, es muy linda-aumentó y ahora me carcajeé muchísimo.

-Sí, claro. Cómos sí vos realmente creyeras eso.

-¿Qué?-se sorprendió falsamente con una sonrisita-¿Dudas de mí?-me dijo mirándome a los ojos, mientras yo trataba de evitar mirarle por mucho tiempo.

-Dudo, por que se que no es cierto.

-Lo es para mí.

-Oh, shut up!-le dije sonriendo y seguí caminando, pero él no me siguió-¿Qué?-le dije parándome a unos dos metros delante de él.

-Realmente me gustas mucho, Annie-me dijo en un susurro que no era completamente para que lo escuchara.

-shut up-le dije casi ordenándole.

-¡No!-gritó y camino dónde yo estaba-No, Annie. Me gustas mucho… es más-dijo y yo no quería escuchar el resto, cerré los ojos con fuerza tratando de no escucharle, mientras me agarraba las manos-Creo que te amo-sonaba tan convincente, le solté las manos y negué con mi cabeza.

-No Joe, se supone que somos solo amigos… digo yo también te quiero pero…-me calló.

-No Annie, yo te amo-me aclaró de nuevo y se acercó muchísimo más a mí.

-No hagas esto, Joseph, No…-negué con la cabeza-¡es estúpido!-grité alzando las manos-Se supone que somos solo amigos, ¿te acordás?-le dije mirando a sus grandes ojos marrones con un toque de miel queriendo ser verdes-Te dije que no te enamoraras de mi-le dije ya más calmada.

-Perdón-dijo mirando al piso de nuevo, yo miré a un lado hacia la puesta de sol con la misma expresión, parpadeé un poco a causa del sol que golpeaba nuestros rostros en ese momento. Me volví hacia él y solo me miro.

-No hagas nada estúpido-le dije leyendo sus ojos, que deseaban que le dejara besarme. Él negó con la cabeza y se dio vuelta. Camino al lado contrario de donde estaba sin mirar atrás. Me sentía un poco mal, pero él tenía que saberlo. Una gran parte de mí quería seguirle y dejarle besarme, eso sería mucho más doloroso, y lo sabía. Pero solo me di vuelta e hice mi camino de vuelta a casa. Me sentí tan mal toda esa tarde que no me emocionaba ver a Nicholas esa noche. Me senté de espaldas contra la ventana, él llegó y yo no levanté la cabeza hasta que él estuvo completamente adentro y la puerta de mi habitación se abrió de golpe. Me paré y me puse junto a él. Su mano encontró la mía para cuando prendieron la luz. Eran varias personas, entre ellas la Madre Superiora, Angie, Joseph y Kevin acompañados por un hombre más o menos de su tamaño. Joseph miraba a otro lado, y Kevin tenía el rostro decepcionado.

-Dad…-se le escapo en un suspiro a Nicholas y yo le mire con las cejas fruncidas y nuestros dedos entrelazados. El silencio que se había formado era un tanto incomodo pero nadie sabía muy bien que decir, nosotros nos agarramos muy fuerte de las manos, o por lo menos yo, mi respiración acelerada me indicaba que algo malo iba a pasar.

-Viste papá, te dije que iba a estar aquí-dijo Joseph en un tono un tanto melancólico.

-Sí, yo les dije lo mismo, solo que nadie me creyó-se quejo la niña parada junto a la Madre Superiora que no creía lo que tenía en frente.

-Yo lo puedo explicar…-intento Kevin-Él solo está aquí…-el padre de ellos lo detuvo.

-No, deja que Nicholas se explique por si solo-nos miró fijamente y hubo un pequeño silencio que trate de remediar.

-Yo le pedí que viniera, él está aquí porque yo se lo pedí-les dije y Nick bajo la cabeza avergonzado, pero aún sin soltar mi mano.

-¿Esto es cierto?-preguntó la madre superiora y yo asentí.

-I love him-confesé en voz baja y él me miro al tiempo que agachaba mi cabeza y le soltaba mi mano, evitando ver a Joseph desmoronarse.

-Eso es muy tierno… pero Nicholas no tiene tiempo para esto. Nicholas tiene ya una novia a la que…

-Ya no es mi novia papá, termine con Joy hace mucho.

-Ella vino esta mañana y dijo lo contrario-afirmó confuso su padre Nick solo negó la cabeza-Sea cual sea la verdad, se te fue prohibido venir, así que, vamos-No quería que se fueran, porque después de eso no volvería a verlo jamás. Nick me miró una última vez y salió del cuarto. Tan pronto ellos empezaron a bajar las escaleras junto a la Madre Superiora, yo me partí en llanto a los ojos de Angie quien solo me miraba, confusa porque nunca entendería lo que era lo que me ponía tan triste. Cuando ellos se fueron, escuche correr a zancadas hacía arriba a la MS, temía tanto lo que me fuera a hacer, a pesar de que ellas estaban en contra de la violencia. Le había mentido.

-¿Algo para decir en tu defensa?-preguntó en voz obscura y negué muy apenada con la cabeza.